Alerta Roja sobre Comodoro Rivadavia
La noche del 22 de Mayo de 1982 se llevó a cabo sobre Comodoro Rivadavia una de las acciones menos conocidas de la Guerra por Malvinas, aunque los habitantes de Comodoro como de Trelew recuerdan perfectamente lo sucedido porque fue la única oportunidad en que se ordenó un oscurecimiento total de modo no programado y se elevó el nivel de alerta a roja para todos los sistemas antiaéreos de la zona.
Eran las 21:30 horas cuando el radar Westinghouse AN/TPS-40 del Grupo 2 de Vigilancia y Control Aéreo (VYCA) basado en Comodoro Rivadavia (CRV) detectó tres ecos lentos desde el radial 180. Luego de intentar establecer contacto con las aeronaves sin éxito, se dispuso el despegue de un Pucará para tratar de identificar los blancos. En la base aérea militar de Comodoro Rivadavia el Pucará A-558 al mando del Teniente Miguel Filipanics despegó a las 22:03 horas. Guiado por el radar hacia la posición de los blancos, el teniente logró hacer contacto visual con las aeronaves, indicando que se trataba de helicópteros aunque de inmediato los mismos apagaron sus luces de navegación. Filipanics informa de lo sucedido y se le autoriza a abrir fuego contra los helicópteros, mientras se dispone de inmediato el alerta roja con el consecuente oscurecimiento total de Comodoro y Trelew, el alerta a la batería antiaérea del lugar y el despegue de uno de los Mirage III que se encontraba en alerta.
El Pucará no pudo localizar los blancos ante la oscuridad de la noche y se le ordena regresar a la base ya que el Mirage estaba despegando. Al mando se encontraba el Primer Teniente Bosich, cuyo avión estaba armado con un misil R530 con director IR y munición completa de 30 mm para los cañones DEFA, único armamento por tratarse de uno de los Mirage de la primera serie, sin capacidad para portar misiles aire-aire de corto alcance. Según ha relatado Bosich fue guiado por el radar hasta la posición de los blancos, logrando hacer contacto con los mismos mediante el radar Cyrano del Mirage. Con la detección confirmada inicia el proceso de enganche y cuando obtiene la indicación, recibe la orden que antes de efectuar el disparo tratara de identificar los blancos.
La diferencia de velocidades entre el Mirage y los helicópteros como la oscuridad reinante le impidieron identificarlos de modo positivo, y en consecuencia perdió el enganche radar. Solicitó al radar que le diera la nueva posición de los blancos para realizar un nuevo acercamiento y búsqueda con su propio radar, pero no obtuvo ningún resultado, aunque volvió a intentar el procedimiento 3 o 4 veces más, descendiendo incluso por debajo de los 1.000 pies para tratar de obtener alguna detección radar ya que el Cyrano sólo detecta blancos que vuelen al mismo nivel del Mirage o hacia arriba.
Aunque siguió realizando diversas maniobras para tratar que en alguna de ellas el radar tuviera algún contacto o incluso pudiera realizar una detección visual, los blancos no pudieron ser ubicados y ante la escasez de combustible debió regresar a CRV. A las 23 horas sin ninguna detección radar se decide levantar el alerta aunque nuevamente FIlipanics volvió a despegar con su Pucará para continuar con la búsqueda, pero tras 45 minutos de vuelo sin ningún resultado regresó a CRV.
Imagen del Pucará A-558 protagonista del relato, luciendo el esquema conmemorativo de los 25 Años del Pucará en la FAA.
Nunca más se supo qué eran esos tres contactos, sobre los cuales se tuvo identificación radar y visual. Si se trataba de 3 helicópteros resulta muy curioso conocer desde dónde habían despegado, porque para esos días el grupo del Invencible como del Hermes operaba a unos 1.000 km de Comodoro Rivadavia y el Sea King dispone de una autonomía máxima de 1.100 km aproximadamente configurado con tanques auxiliares internos, o sea que podía llegar hasta CRV pero no contaba con alcance para regresar. Si consideramos los hechos que se habían sucedido una semana antes sobre Tierra del Fuego (Operación Mikado) es más razonable pensar que esos helicópteros operaran desde Chile, ya que la frontera se encuentra exactamente a unos 330 Km de Comodoro Rivadavia, distancia más lógica para la autonomía de un Sea King.
Sin embargo al momento de pensar qué iban a hacer o qué hicieron, en la zona no existían blancos de gran importancia. En Comodoro se encontraban estacionados los Hércules, F-27, varios Lear Jet y unos 4 Mirage III; que no representaban una amenaza directa para la flota. En Trelew si estaban los bombarderos Canberra, pero Trelew está ubicado a más de 300 km al Norte de Comodoro, y Puerto San Julián donde estaban los Dagger se sitúa unos 370 km al Sur. Aunque se insinuó que se trataba de un “engaño electrónico” (algo que sí se observó en Malvinas) en éste caso hubo un contacto visual por parte del piloto de Pucará y el Mirage tuvo enganche, algo no muy común en un radar como el Cyrano que no fue diseñado para detectar blancos pequeños volando a baja altura.
Aparte si se trató de una incursión enemiga, tiene algún sentido volar con las luces de navegación encendidas, máxime cuando para entonces ya algunos pilotos de Sea King volaban con gafas de visión nocturna..??
Las conjeturas y especulaciones pueden seguir por horas, pero lo cierto es que a casi tres décadas de esa noche, el misterio de los tres ecos sobre Comodoro, sigue sin resolverse.
Claudio "Growler" Caputti
Interdefensa Militar Argentina © 2011
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